Para ela tomarse un iogurt era unha liberación, e non porque fose natural e azucarado. Non. Era ese momento que todos necesitabamos para "facer nada". A excusa perfecta. A excusa perfecta para pensar ou para ver o capítulo de turno da serie de turno. Ese día púxose "Creep" de Radiohead. Si. Hoxe era natural e azucarado. Facía sol, un sol que te tentaba a abrir a fiestra e deixar entrar o aire, libre. Pero non. So era unha apariencia, un engano da natureza. Como sempre a tentación foi maior, a eterna esperanza e a inxenuidade fixeronlle abrila. A biruxe do sol percorreu a habitación e perforoulle os osos. Pechou a fiestra. Facía frio. Puxo a calefacción. Só lle quedaban tres cucharadas. Eternizounas, saboreounas... A verdade é que non lle gustaba vivir entre dous mundos. Entre aquí e alí. Así e todo era feliz. Sorriu, mirouse no espello como para constatar o seu propio recordo, quizáis non era a mesma, e cunha mirada de melancolía tirou os seus cinco minutos de "relax" a papeleira, deixou a cuchara no lavabo. Eran as 15:35. Coma sempre, chegaba tarde. Colleu as carpetas e marchou dirección á universidade. Preguntábase de que o tomaría maña... Ela desearía ser especial, pero só era unha cobarde, gustaríalle controlar o seu mundo perfecto, pero non pertenecía a aquel lugar, que demonios estaba facendo alí?
- Ola.- e os seus pensamentos desapareceron ata o iogurt de fresa que se tomaría ao día seguinte.
Para ella tomarse un yogurt era una liberación, y no porque fuese natural y azucarado. No. Era ese momento que todos necesitamos para "hacer nada". La excusa perfecta. La excusa perfecta para pensar o para ver el capítulo de turno de la serie de turno. Ese día se puso "Creep" de Radiohead. Si. Hoy era natural y azucarado. Hacía sol, un sol que te tentaba a abrir la ventana y dejar entrar el aire, libre. Pero no. Sólo era una apariencia, un engaño de la naturaleza. Como siempre la tentación fue mayor, la eterna esperanza y la ingenuidad le hicieron abrirla. El aire fresco del sol recorrió la habitación y le perforó los huesos. Cerró la ventana. Hacía frío. Puso la calefacción. Sólo le quedaban tres cucharadas. Las eternizó, las saboreó... La verdad es que no le gustaba vivir entre dos mundos. Entre aquí y allí. De todas formas era feliz. Sonrió, se miró en el espejo como para constatar su propio recuerdo, quizás no era la misma, y con una mirada de melancolía tiró sus cinco minutos de "relax" a la papelera, dejó la cuchara en el lavabo. Eran las 15:35. Como siempre, llegaba tarde. Cogió las carpetas y se marchó dirección a la universidad. Se preguntaba de que lo tomaría mañana... Ella desearía ser especial, pero sólo era una cobarde, le gustaría controlar su mundo perfecto, pero no pertenecía a aquel lugar, ¿Qué demonios estaba haciendo allí?
- Hola. - y sus pensamientos desaparecieron hasta el yogurt de fresa que se tomaría al día siguiente.
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